sábado, 5 de septiembre de 2015

Y todo se fue, como vino. Tan sencillo e ilógico a la vez. Y es así. El amor llega de repente a tu vida en un día cualquiera, una tarde cualquiera. Tú ni si quiera te puedes hacer una idea de aquello que vendrá. Y cómo vendrá...

    Te revolucionará todo. Pondrá tu vida patas abajo, harás cosas que ni imaginabas, vivirás todo de modo diferente. Con otros ojos. Con sus ojos. 
      
                 Y...
Es entonces cuando decides entregar tu corazón. Si, literalmente. Porque cuando estás enamorado te hacen más daño las cosas que pasen al otro que a tí. Sus heridas se vuelven tuyas y sin su felicidad la tuya es impensable.


...... Hasta que todo pasa. Si t e r m i n a. Y tú te quedas fría, congelada más bien. No sabes a donde ir, que hacer. Tus planes, la vida a la que estabas acostumbrada ha desaparecido de repente. 


¿Pero sabes? El corazón es sabio y sabe autoconstruirse. Y no sabes como de placentera es esa sensación de volver a ser feliz porque tú lo eres, no porque otro lo sea...

No hay comentarios:

Publicar un comentario