jueves, 29 de diciembre de 2011

Band Aid.

- Si no es la persona indicada, creo que tengo derecho a darme contra la pared ¿no?
- Claro... Y si algún día te das contra esa pared, y necesitas que alguien te ponga una tirita... llámame. Yo estaré aquí ¿vale?

No se trata de otra entrada-ñoña de las mías. Bueno, quizá un poco...

Puede que nadie entienda mi situación y que digan 'olvídalo' ¿Cómo voy a olvidarle? ¿Como voy ni si quiera a intentarlo? ¿Nunca habéis sentido que alguien es imprescindible en vuestras vidas? ¿Que se te sale el corazón nada más pensarle? ¿Que sin él las cosas no serían iguales? ¿Que sonríes para él?

En estos momentos en los que me pongo a mirar por la ventana a aquellas personas que son más afortunadas que yo. Pienso en él. No hay nadie más que él. Y su sonrisa, y sus palabras. Y su voz, y sus ojos. Y no me importa nada lo que me rodea, ni donde estoy. Ni lo que me digan. Le quiero. Es la verdad, tengo que admitirlo. Y si hace falta, gritarlo.

Porque no importa si es correspondido o no, no importa si esa persona piensa en ti cuando se levanta, no importa si eres su único pensamiento del día, incluso no importa si sus labios son los tuyos, si has sentido que es lo más importante que tienes, si has sentido que te invade la felicidad cuando oyes su nombre... si sientes esto de verdad... entonces todo el sufrimiento, todos los consejos que has rechazado, todas las palabras ignoradas, los momentos de bajones, han merecido la pena.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Callar lo que siento, es imposible.

Seamos sinceros, ¿A que jugamos? ¿Sabemos donde irá a parar todo esto? ¿Que serán de mis sentimientos? ¿Que será de mi amor alimentado de ausencia?


Haces que me vuelva loca. Desubicada. En un desconcierto constante. No pido la luna, ni pido que me bajes el cielo. No pido que seas para mi. Porque yo soy la idiota que alimenta mi propia ilusión. He creado en mi interior una mezcla de amor, ilusión, imaginación, probabilidades, imposibles, valientes, arriesgados, deseos, y una larga lista que hacen una mezcla explosiva. Que hace que sonría y llore. Bueno, lo último no es literal. Pero podría considerarse. 


Siempre me he tachado de realista. Y es mi mayor virtud o defecto, según como se mire. Porque veo las cosas como son. No voy volando con pajaritos en busca del paraíso. No, si yo veo las probabilidades, se lo que puede ser y lo que no. Sé que amas, que quieres, que besas, que sueñas, y no me siento infeliz por ello. Soy una especie de masoquismo personalizado. Aunque no niego que en el fondo cuando me cuentas TU realidad, doy un pasito de gigante hacia atrás. Pero al igual que sé todo eso, al igual que sé que ya posees un destino planificado. Me dices cuatro palabras tontas y la realidad se va al garete. Y desordenas mi mundo. Si, no eres el único obsesivo del orden. Aunque a mi éste, como que me importa más bien poco. Porque si me dicen ven, lo dejaría todo para irme. Aunque me acojonara de miedo y fuera la decisión más difícil de mi vida. Me acabaría yendo. Porque sé lo que quiero y a donde me dirijo. Y si tu no lo sabes... no podemos hacer nada. Ese es el problema, que presumes de tenerlo todo en orden pero no es así, si estuvieras seguro hace tiempo que mi personaje ya habría salido de la historia, al menos como protagonista. Digamos que podría ser secundario. Dime quiero seguir mi propio camino y me saldré del sendero. 


Mientras tanto nos quedaremos en el mismo punto. En la delgada línea que separa la realidad del paraíso. En las que a mi se dirigen palabras mientras los hechos van por otro lado. No tienes la culpa de este mundo de contradicción. Quiero que sepas que no soy infeliz, no estoy despechada, ni triste, ni depresiva, ni cualquier calificativo negativo. Es duro, eso no lo voy a negar. Pero tampoco dramatizamos. Solo que es difícil imaginar por momentos que un días serás mio, y al segundo siguiente tocar el suelo, chocarme con la pared, y aceptar. Aceptar que adorarte en el silencio no me lleva a ningún lado. Que jugamos como dos críos de quince años. Con la diferencia que tengo que dar abrazos a invisibles y sonreír a un tú imaginario. 


No soy una obsesiva, no se que has hecho conmigo. No quiero dar una imagen equivocada. Créeme, he inventado mil y una formas de olvidarte, de controlar mis sentimientos y callar lo que siento. Pero es imposible. Es imposible tragar cada latido, cada mariposa, cada sonrisa... Soy realista, tan realista como sincera. Y tan sincera como transparente. Y ese, ese si es un defecto.



Sueños que hacen revivir cada momento.

Hoy he soñado contigo, y me he dado cuenta de que sigues estando presente. Y he podido volver a sentir esa sensación que provoca en mi tu ausencia. La misma ausencia que en parte provocamos los dos en su día.

Y no he soñado una vez, sino tres. Es probable que no te acuerdes de mi, de mis caricias, de mi sonrisa, o del olor de mi pelo. Sé que no tendrás tantas ganas de besarme como en aquellos días. Pero, a pesar del tiempo, a pesar de desconocer donde estás, te sigo sintiendo. A veces, cuando me encuentro sola, y cuando la vida me enseña que el amor no está hecho para mi. Tus recuerdos vienen a mi. Y me imagino como habría sido nuestra historia. Como serían tus besos al despertar.

Siempre dije que fuiste al único que he amado. Y hoy en día, lo sigues siendo. La única persona que hacía que con tan solo una caricia me sintiera la chica mas feliz del mundo. He de aceptarlo, a veces, en la soledad, te echo de menos.

viernes, 23 de diciembre de 2011


Hoy me siento una absoluta gilipollas. 









No, no era una entrada, solo una nota informativa.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Jugando con las prisas, tu mano se acerca y no avisa. Pensativa la sonrisa... si estás bien, yo también.

Tu mano recorre mi espalda, el viento empuja la lluvia y empiezo a sentir calor. Bailando tu boca y mi boca, el viento que no se equivoca... me dejo quitarme la ropa, que dulce sabes hoy.

Bésame, dame calor, que la noche se hace larga y pide más.



Abrázame como si fuera la última vez...
Te enseñaré que los límites no existen, te enseñaré a amar como nunca antes lo has hecho, a besar como nunca habías imaginado, te enseñaré el sabor de mis labios, mi respiración descontrolada...

Deja todos los peros, los miedos, y abrázame. Déjame entrar en tu vida, para no salir jamás. Deja que fundamos todo esto con un abrazo que duren años, décadas, siglos. Quiero que cerremos el paso al temor y al dolor. Y nos cuidemos, nos amemos. Nos levantemos con un beso y nos acostemos con un abrazo. Y si te faltan fuerzas yo te daré mi aliento. Juntos pintaremos mariposas cuando todo lo veas negro. Quiero ser la que despierte a tu lado, y te enseñe a creer. A no dudar. A ver todo de otro color. 




No es otro típico balance-final-de-año.

Se va acercando la navidad, el fin de año, todas estas fechas ñoñas en las que sueles pensar más de la cuenta. En lo que has conseguido en este año, lo que has perdido, lo que has sentido, los sueños que has alcanzado y una lista infinita de momentos memorables, para bien o para mal.

La verdad es que ha sido un año bastante bueno. Si, me atrevería a decir que ha sido el mejor, o uno de los mejores de mi vida. He conocido a gente que... no encontraría palabras para describir. Me han hecho soñar, y alcanzar lo que me he propuesto. Me han hecho sentir y vivir. Me han enseñado que... la amistad merece la pena, a pesar de que nos separen cientos de kilómetros de distancia. No podría nombrarlos uno a uno porque me faltarían páginas y páginas en este blog. Pero cada uno se merece su espacio aquí, porque junto a ellos he alcanzado sueños que jamás pensé que iba a alcanzar. He viajado, sí. Y eso me ha hecho feliz, Barcelona, Madrid, Londres... viajes tan diferentes y todos tan mágicos. En este año he tomado decisiones importantes, me he equivocado, me he caído y me he vuelto a levantar. He vuelto a sentir, he vuelto a ilusionarme, a querer, a revolotear todo mi interior... he terminado con relaciones que nunca pensé que iba a terminar, pero como dicen por ahí, cuando se cierra una puerta otra se abre... Y es la verdad.

Este año, no lo cambiaría por nada del mundo. No hay ningún ' borraría esta parte' No. Porque cada momento me ha llevado a otra etapa. Cada tropiezo me ha ayudado a superarme. Solo pido que el 2012 se parezca un poquito al 2011...

Y no, esto no es otro de esos balances típicos que se hacen a final de año. Solo necesitaba escribirlo, porque al ponerme canciones ñoñas en el reproductor, me entran unas ganas de escribir enormes. Y esta vez ha salido esta entrada medio rara. Y que a mi me hace feliz leer. Porque me hace recordar que hay imposibles que un día consigues sin darte cuenta (:

martes, 20 de diciembre de 2011

Con solo una mirada.

No encuentro el por qué, quizás es una manía o que soy demasiado mete-en-todo. Pero suelo fijarme en como se comportan un chico y una chica cuando van juntos. Ver si entre ellos hay pura amistad o algo más, me es puramente fácil. ¿Que por qué es fácil?

Mírala a ella, aprecia el brillo de sus ojos, observa la forma en que le mira a él. Con adoración, como si su respiración fuera al compás de sus latidos.

Míralo a él, detente en su sonrisa, de lado. Intenta ocultarla para hacerse el duro, pero le resulta imposible. Mira como la acaricia, con delicadeza, con las yemas de sus dedos, para robarle alguna que otra mariposa que revolotea alrededor.

Míralos a los dos, hablan sin decir ni una sola palabra. Por un lado Ella, que se toca el pelo, coteta, intentando que él se percate de que sus pies en ese momento van a un ritmo diferente. Y por otro lado, él. Que se da la vuelta cuando ella se despide, para observarla con calma. Él, que se hace el duro pero esta pillado hasta las trancas.

No, no es una facultad que poseo para darme cuenta de estas cosas. Se trata de aprecias los pequeños detalles, de observar las miradas ajenas y reconocer que se puede sentir sin necesidad de gritarlo a los cuatro vientos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Me he convertido en una bipolar. En una montaña rusa personalizada.

Pero es que me ha dado fuerte. A veces me encuentro tan tranquila y en las otras es como si por dentro tuviera a millones de mariposas queriendo salir. Si, para qué negarlo a estas alturas. Me importa una mierda la situación. A veces... me dices lo siento. ¿Lo siento? ¿Por qué? Me has ayudado a resurgir. A superar mis problemas. A volver a sentir. Puede que no sea la mejor situación del mundo. Pero me han devuelto la ilusión. Sonrío por cosas tontas, y se me olvidan cosas importantes. Me pongo nerviosa al oír tu voz. Y me podría pasar horas leyendo cada mensaje. Así que no digas lo siento, no si no vas a añadir un 'lo siento tanto como tú', siento todo esto con la misma intensidad.

Cada canción, cada letra, cada palabra, me recuerda a ti. Y me rallo, y pienso. Y reflexiono si esto no es tan grande como creemos. Pero vienes tu y me dices que me quieres, y mi cuerpo responde temblando. Y entonces me doy cuenta que sí, que sí es tan fuerte como creo. Que es tan grande como pienso. Que muero si me coges de la mano. Que muero si me dices que dentro de cinco minutos estas aquí. Que muero si te siento a mi lado.

Sí, esto es otro de esos subidones tontos de los míos. Otra manifestación de que necesito tus besos más que nadie en este mundo. Ya no es momento de ocultar lo que siento. Ya no...
Parece que todo lo malo viene de golpe. El destino ve que lo estás pasando mal y atrae lo negativo como un imán, todo en el mismo momento, en el mismo lugar, como un huracán.  Por eso se dice que después de la tormenta viene la calma. No es algo arbitrario, ni divino. Sino porque fue la peor tormenta que podrías haber visto nunca. Y cuando amaine, todo te parecerá el paraíso.

Relaciones inesperadas, sentimientos inexplicables, momentos difíciles, responsabilidades por afrontar, y más y más complicaciones...


Pero hay un grano de arena. Que resiste a la tormenta. Que es fuerte y no se deja arrastrar. Y ese granito de arena es como un escudo, que hace que en medio de esta tormenta me mantenga en pie. Que sonría, ya se puede caer el mundo a mi alrededor que yo seguiré sonriendo. Porque cuando lo miro siento que todo está bien. Que todo pasa por algo. Que todo tiene una explicación en esta vida. Lo malo, lo bueno. Lo que duele y lo que te hace feliz. Que todo acabará en algún momento. Puede que ese grano traiga momentos duros, que a veces se clave en mí y duela. Pero deseo que aguante ahí hasta el final, y cuando todo amaine poder construir una montaña con él.

                                                                            En la que pueda vivir feliz, en la que podamos ser felices.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Ver ayer a mis padres discutiendo de cosas tontas me hizo recordar algo. Algo que llevo pensando toda mi vida. 

No quiero que mi vida sea monótona. Que mis relaciones sean lineales. Que cada día sea exactamente igual al anterior. No quiero tener la vida de mis padres. Y con esto no digo que ellos no sean felices. Es muy probable que sean una de las parejas más felices que conozco. Los admiro. Pero ellos son felices con lo que tienen. Y siendo sincera, mi felicidad sería imposible que viviera en esa situación.

A mi me gustaría vivir a golpes. En descargas de tensión. Y que cada día no tuviera que ver nada con el anterior. Vivir cada segundo. Con cabeza. Pero vivirlo. No decir nunca un ' me habría gustado'. Y sustituirlo por un 'me gustó'. Que cuando tenga cuarenta años, pueda echar la vista atrás. Y saber que he cumplido mis sueños, pero que en cambio, me quedan muchos por vivir. Y tener la sensación de que estoy luchando por ellos. No estaría sentada en la espera. Sentada, viendo como pasa el tiempo mientras yo sigo exactamente en el mismo punto.

No, mi felicidad no podría surgir en tal situación. Y si hay que caerse, pues me caeré. Porque seré yo la que me levante. O quizás, me levante la misma persona que me invita a vivir mis emociones. Al límite. Como a mi me gusta. Y me ayude a hacer locuras. A arriesgar. A retroceder. Y a volver andar. Y entonces... seríamos jóvenes eternamente. Tendríamos todo el tiempo del mundo para hacer lo que queremos. Y no habrá metas, ni barreras. Y tendremos un tique sin límites para una montaña rusa, en la que subiremos mil y una veces para bajarnos al día siguiente. Y volvernos a subir.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Nunca he sabido por qué no se me dan bien las cuestiones emocionales. Por qué no consigo confiar en la otra persona. Por qué no soy un chica 'fácil' , si se puede decir así. Por que me cuesta tanto abrir mis sentimientos. Y pensando, creo... que encontré el problema. El punto de inflexión de mi historia.

Si, fuiste . Y te nombro directamente aunque sepa que, jamás, leerás esto. Al igual que sé que te amé. Que creaste esas mariposas que más tarde mataste. Que fuiste por la primera persona que sentí algo tan grande. Ese deseo de amar. Esas palabras que deseaba que me callaras a besos.

Tú, al que le corresponde el mayor porcentaje de ser el culpable de mi problema. Me decías que me amabas, que era todo lo que buscabas. Tus miradas y caricias me lo confirmaban. Actor. Siempre fuiste un gran actor. Un día me abrieron los ojos. Me abrieron los ojos tus propias acciones. Me tomabas por incrédula, ciega, o por una tonta descomunal. Y sí. Lo era. Estaba ciega. Creía que yo era la chica de tu vida... já. Tonta de mi. Tu boca la callaban otros labios. Tus ansias de amar otro corazón. Tu deseo otro cuerpo. 

En mi cabeza giraba y giraba la misma escena. Tu y yo. Sentados en cualquier lugar. Da igual el sitio, importaba la compañía. Me prometías que me deseabas. Que era todo para ti. Me escribías cartas ñoñas que de título llevaban mi nombre. Y de repente se cruzaba en mi visualización, a modo de flashback, tus besos en otros labios.

Y las mariposas se fugaron de la misma forma que entraron. Y me dejaste descolocada. En un invierno eterno.Y sin saber cómo amar de nuevo. Y lo pagaron personas que no debían. Y encima tuviste el valor de seguir buscándome, de preguntarme el por qué no nos podíamos fundir. Por qué no podías acariciarme como cada mañana.

Y no te engaño si digo que aún, en ocasiones esporádicas, pienso en ti. En un 'nosotros'. En tu última frase, aquella maldita frase: ' no importa el tiempo que pase, puede que no sea ahora, pero algún día estaremos juntos'. Y en pensamientos junto la almohada, maldigo el tiempo que estás tardando. Y me vuelvo hacer daño. Yo, que siempre comparé todos los sentimientos con los que sentí en su día. Y se hacían tan pequeños. Yo, que soy masoquista. Yo, aficionada a autodestruirme.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Dicen que siempre sueñas con lo último que piensas. Y esta noche me ha pasado.

Ha sido un sueño precioso, tan precioso como raro. Y tan raro como inalcanzable. Pero al fin y al cabo así son los sueños. Una manera de alcanzar lo que deseas. Esa es la magia de soñar. Ser participe de un ' me gustaría'. Vivir en primer persona situaciones imaginarias, deseadas, o imposibles.

Y así es, he soñado con un imposible. Y era tan... real. Eramos tan reales. Es como si lo estuviera viviendo ahora mismo. Y se me dibuja esa media-sonrisa-tonta-y-ridícula. Que al despertar es como si ese sueño hubiera renovado toda mi energía. Como si me hubiera mostrado que esto es de verdad. Que mis sueños los tengo al alcance de mi mano. Solo hace falta pensar en ellos para atraerlos.

 Y es entonces cuando te sentirás la persona más afortunada del mundo, no porque cierta persona se haya acordado de ti al acostarse, o porque tú pantalla del móvil se haya iluminado con un mensaje que de título llevaba su nombre. Sino porque eso ha servido para que sueñes con él. Y te sientes tan estúpidamente feliz que no te importa haber dormido tres horas por haber pensado en esa persona, porque has conseguido sentirla. A pesar de esos 668 km que os separan.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Digo que me conformo con ser 'la otra'. De formar parte de tus pensamientos. Que acepto que no sea yo en la que pienses cuando te levantes, sino en la que piensas a lo largo del día... Pero a veces miento.

Claro que quiero que me dejes de querer a ratos, para que me quieras a tiempo completo. No compartir tu amor con nadie más. No compartir tus palabras. Tus caricias. Tu aliento. Tus labios. Que seas a mi a quien le des el beso de buenos días al despertar, y a la que le mandes ese mensaje de 'buenas noches, princesa'. 

Lo siento, pero es que me resulta imposible callar este sentimiento. Me arde por dentro. Yo no te prometo un mundo perfecto. No digo que conmigo las cosas vayan a ir mejor. Pero no ignores a tu corazón, él siempre lleva la razón.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Prométeme la estabilidad.

Y hoy es uno de esos días en los que te comes el mundo por mi. Odio tu inestabilidad. Tu incapacidad para prometerme que estarás aquí siempre. Odio que mañana hables de otras como si yo no significara nada, como si yo fuera un cero más a la izquierda. Odio dedicarte cada entrada de este maldito blog, teniendo la sensación de que alguien lo lee y me comprende.

Y es que si.. si me quisieras de verdad. Si tu corazón latiera al son de mi voz. Si tus pies dependen de mis pasos. Si el aire se hace denso sin mi presencia. Entonces todo sería diferente. Tu no podrías estar sin mi, y encontrarías la manera de escaparnos. Vendrías junto a mi. Me cogerías de la mano y mandaríamos el mundo a la mierda. Y nosotros despegaríamos... volaríamos, más y más alto. Cansados de tanto planear. 

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Imposibles inexplicables.

- Acércate. No tengas miedo. Déjate llevar.
- No es fácil. No todo es tan fácil como lo pintas.
- ¿Por qué? ¿Por qué ese empeño en darle mil y una vueltas a las cosas? ¿Por qué ese empeño a no ser feliz?
- Ojalá pudiera encontrarle una explicación. Ojalá pudiera decirte por qué esta historia resulta imposible.
- No hay imposibles. Sino personas que no arriesgan.

No me preguntes por el momento justo.

No sé en que momento te metiste en mi cabeza de esta forma. No sé en que momento acaparaste mi corazón de forma completa. No sé definirte el momento exacto en el que la primera mariposa se coló por mi boca hasta llegar a mi estómago, y se posó en él para habitarlo. Para despertar cada mañana, y para dormir cada noche. Para tenerte en mente a cada segundo. Para recordarme que cada toquecito de la manecilla del reloj simboliza un segundo de lejanía. Segundos que se convierten en siglos bisiestos. No lo sé. La verdad, no quiero mentirte.  Me he enamorado de la forma más tonta. ¿Que como lo se? Al acercarte, se me encogen los dedos y siento un escalofrío leve recorrer todo mi cuerpo. .Haces que, de repente, mis pies se levanten del suelo. Que respire un aire diferente.  Que viva en un mundo paralelo. 


                                                                                                                         Que ya no sea yo, si no tú.

lunes, 5 de diciembre de 2011

" Odio tus constantes contradicciones. Odio saber que mañana sentirás una cosa completamente diferente a la que sientes hoy. Odio tus miedos. Odio que me encante tu sonrisa. Odio que siempre te dejes llevar por la razón. Que no arriesgues por miedo a perder. Odio tu pasotismo ilimitado. Odio echarte de menos. Odio no saber a qué huele tu pelo y la fuerza con la que abrazas. Odio que ni tu sepas lo que quieres y yo quererte tanto. "


Y sí... yo también me odio. Odio no saber que camino tomar. No saber descifrar las señales que me manda mi corazón. Y que éste a veces, simplemente, no quiera sentir nada. Odio mi manía a negar lo evidente. A no arriesgar. A no querer aceptar. A no ceder. A querer a medias. Vivo en una contradicción constante. Y si, yo también odio no saber lo que quiero. Duele, y no sabes cuanto.