viernes, 20 de enero de 2012

Hoy puedo decir que encontré mi sitio.

Esa felicidad que te invade cuando sientes que estás en el lugar indicado. Cuando las dudas desaparecen, cuando ves que realmente amas lo que estás haciendo. Plenitud, satisfacción. 

Dudé tantas veces si había tomado el camino correcto, si podría ser útil en el sendero que elegí. Y estos días me siento tan llena, me sube una energía brutal hacia arriba. No hay nada como decir que realmente encontraste tu sitio.

Los que me acompañan en mi camino saben lo que digo, saben la magia de esta profesión . Lo feliz que te hace el abrazo de un niño,  verlos sonreír cada día, escuchar como dicen que te quieren, o hacer de esos pequeños grandes personas. Sentir que estás haciendo lo mejor por ellos... Es cierto. No es fácil, y me repito, quien me acompaña en este camino saben lo que digo. No es fácil hacer que un niño reflexione, calle, vea lo que está haciendo mal, que te escuche, te respete... Quizá es lo más difícil a lo que te hayas enfrentado. Pero cuando ese mismo niño deja atrás ese diablito, te dice un lo siento, un ¿Me perdonas?, 'te quiero', sonríe, o te abraza... Todos los baches habrán desaparecido.

Hoy puedo decir que soy feliz, no entiendo como en a penas cinco días he cogido tanto cariño a esos enanos.  Los quiero. De verdad. Hacen que me levante cada mañana con una sonrisa. Y por ello, diré que por fin siento que no me equivoqué, que voy a seguir luchando en este camino como la que más. Porque soy feliz, porque ellos me hacen feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario