lunes, 19 de diciembre de 2011

Parece que todo lo malo viene de golpe. El destino ve que lo estás pasando mal y atrae lo negativo como un imán, todo en el mismo momento, en el mismo lugar, como un huracán.  Por eso se dice que después de la tormenta viene la calma. No es algo arbitrario, ni divino. Sino porque fue la peor tormenta que podrías haber visto nunca. Y cuando amaine, todo te parecerá el paraíso.

Relaciones inesperadas, sentimientos inexplicables, momentos difíciles, responsabilidades por afrontar, y más y más complicaciones...


Pero hay un grano de arena. Que resiste a la tormenta. Que es fuerte y no se deja arrastrar. Y ese granito de arena es como un escudo, que hace que en medio de esta tormenta me mantenga en pie. Que sonría, ya se puede caer el mundo a mi alrededor que yo seguiré sonriendo. Porque cuando lo miro siento que todo está bien. Que todo pasa por algo. Que todo tiene una explicación en esta vida. Lo malo, lo bueno. Lo que duele y lo que te hace feliz. Que todo acabará en algún momento. Puede que ese grano traiga momentos duros, que a veces se clave en mí y duela. Pero deseo que aguante ahí hasta el final, y cuando todo amaine poder construir una montaña con él.

                                                                            En la que pueda vivir feliz, en la que podamos ser felices.

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